viernes, 14 de octubre de 2016

Al calor del tango...

Comienza con el devaneo que tu mirar inspira en mí. La suave brisa da otro ambiente, mientras bailas suavemente al compás de cada respiración que doy y me demuestras que me amas en cada vuelta, cada escalafón de pecados de la gran institución, deidades que se inclinan ante este momento que logré arrebatarle a la divinidad, solo para ti. Cambalache de sensaciones que intercambias conmigo, sensual y divina mujer de tacones altos, mirada felina y oscuro brillar.
Entre espirales y arrebatos de locura voy siguiéndote, tomándote del talle y disfrutando del instante que me da el placer de saberte en este momento mía, por lo menos en espíritu, sabiendo que al dejar de bailar te irás y no volveré a verte más, así que manipulo con el alma la música para que sea eterna como tu, como tus labios llenos de promesas de éxtasis inmenso. Pareces adivinarlo asi que te estrecho un poco más en mí y viéndote fijamente sigo el vaivén de las notas musicales y me extiendo poco a poco con el universo que comploto para mostrarme tus ojos y la realidad de nunca tenerte cerca más que en los onirismos desquiciados de mi mente fracturada… de esos ojos que se inclinan al observarme y me entregan el cielo que no volvió…

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