lunes, 8 de febrero de 2016

Itten...

Ya superé tu perdida, cruel bastión de mis deseos,
espantosa muestra de mis insanos días,
por la cuál entierro la pasión de mis desvelos
a través de los océanos en que viajan mis melodías.

Dejé atrás la insana ansiedad de aquellos velos
que cubren las varias intensidades de tus miradas,
para que al conocer más de cerca los finales siniestros
cercene para siempre lo obícuo de tu fugaz estancia.

Comienzo una inocua vida en la búsqueda de los intentos
por atravesar tu corazón en una sola entrada,
cruenta diosa de mis amores eternos: 
divina doncella de mi vida vista a la distancia…

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