lunes, 13 de julio de 2015

Fulana de Tal...

Refrescas mi breve visión de la vida
como si me enamoraras, dulce principesa
para que la llaga no llegue al olvido
y repercuta en mi vieja cabeza.

Desearía una amistad así, contigo…
Una que se vuelva muerte, que me llame viva.
Una amistad que se dañe en sí misma
desde el momento, en que se vuelva funesta.

Que me amaras como amigo, al hartazgo,
semilla trémula de bienaventuranza,
cruel vestigio de una gloria ya pasada.
Sencilla en tu mirar, cálida, traviesa.

Aunada en este poema caótico y desprovisto
de toda candidez, verdad y por sobre todo belleza,
aglutino las mil caras de la profecía:
degusto con claridad su legendaria proeza…

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