jueves, 11 de diciembre de 2014

Amor imperfecto...

Vuelvo la mirada al inmenso mar de recuerdos que últimamente han taladrado incesantemente mi cabeza, como si con ello pudieran ayudarme a dilucidar la solución a semejante problema. Es entonces cuando, de forma intermitente comienzas a aparecer: primero en pequeñas dosis. Inquieta. Pizpireta, Con la coquetería que te caracteriza. Y poco a poco, mientras esa imagen mental se va haciendo más fuerte, también la fortaleza de tu personalidad se va imponiendo hasta lograr que la totalidad de tu ser permee hasta la más profunda célula de mi ser. Es entonces cuando descubro que aún pasando tantos años, te sigo amando, aunque sea un poquito. Sigo incólume en mi conclusión de que fuiste el amor de mi vida; un amor tan platónico que de imposible se volvía en si una delicia. Terco en mi placer, solo necesito terminar de hilar la historia completa para escribirte una oda, un poema. Para terminar todos los relatos de mi amor eterno, porque para amar no necesito una presencia, mucho menos un ideal. Por mínimo que parezca el recuerdo, me es suficiente para enorgullecerme de ti, mis ojos bonitos, mi amor tan imperfecto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario